Noventa años para cumplir el sueño de volar.

Ayer fue de esos días que se me quedarán marcados para toda la vida ya que hicimos realidad el sueño de Lucila, que con 90 años siempre quiso volar en globo. Por fin llego el día, serena, sonriente, con la tranquilidad que imagino dan los años, se presento en el sitio de despegue y después de unas instrucciones básicas salimos a volar la ciudad de Valladolid en la cual vive actualmente desde hace muchos años.

Nuestro equipo se encargo de preparar todo, previsión meteorológica óptima, un taburete para subir a la cesta, unos acolchados por si acaso el aterrizaje era algo más fuerte de lo que habíamos previsto, un hueco más grande para ella, etc. Llego el momento del descenso, suavemente tocamos tierra y desde ese momento ella comentaba todo el rato: «parece como que hubiera vivido un sueño del que ahora voy a despertar, tanto tiempo esperando y por fin se ha hecho realidad».
Después degustamos unas riquísimas viandas de nuestra tierra entre risas y comentarios.
Ayer fue uno de esos días que te llenan de fuerza, de satisfacción, de ganas de hacer cada vez las cosas mejor, de esos días que una persona que no conocías de nada te carga las pilas por su vitalidad y ganas de vivir.
Ayer fue uno de esos días donde todas las personas que volábamos junto a Lucila estábamos pendientes de ella, de como reaccionaría durante el vuelo y en el fondo pensando, ojala yo llegue a esa edad con esa fuerza y con las ganas de vivir que tiene Ella.